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La Inteligencia Artificial y el Derecho

En el año 2013, Richard Susskind publicó el libro “El abogado del mañana”, en el cual sentenció lo siguiente: “… el mundo jurídico cambiaría más en los próximos 20 años de lo que lo ha hecho en los dos siglos”; ¿a qué se refiere Susskind?, principalmente a la influencia de la Inteligencia Artificial en la colonización del mundo jurídico, si partimos que en la vida cotidiana de cualquier ciudadano se encuentra permeada por la intersección entre la economía y la tecnología, particularmente con el software, el cual se encuentra desde el teléfono celular con las fotografías; el servicio de video de Netflix; la venta de libros en Amazon; en la industria de la música se encuentran Tunes Spotify, y Pandora; la compañía de películas Pixar; las telecomunicaciones con Skype; que decir de Google, la plataforma más grande de marketing; de igual forma está el reclutamiento que hace Linkedln; Walmart y FedEx usan software para su distribución; y así podríamos seguir.

De todo lo anterior, la pregunta para los abogados es: ¿cómo les impactará la tecnología en su desarrollo profesional?, el abogado cree que su trabajo es artesanal, que seguirá siendo litigar caso por caso y que cada caso es único; lo que implicaba que los abogados tuvieran el control del mercado sobre los clientes, hoy es a la inversa, los clientes adquirieron el poder sobre los abogados y lo que es más complejo, es que las grandes firmas de abogados norteamericanas están cambiando jerárquicamente, puesto que sus directores y/o gerentes ya no son abogados, inclusive hay despachos que implementaron un software para que el cliente haga sus propios contratos sin que medie un abogado o como está pasando en Reino Unido con la Ley de Servicios Jurídicos de 2007, que permitió la creación de nuevos tipos de negocios llamados “Estructuras Alternativas de Negocio”, en donde los que no sean abogados puedan ser propietarios  o dirigir negocios jurídicos, es decir, los abogados tradicionales fueron desplazados por las nuevas reglas del mercado.

La profesión de abogado durante muchos años fue una especie de mercado cautivo de los propios abogados; actualmente en la “economía-red”, como le suele llamar el sociólogo Manuel Castells; los despachos de abogados cambiaron al perder el monopolio del mercado sobre sobre el cliente, lo que permitió su liberalización y que se convirtiera en una opción de negocio para nuevos inversionistas, quienes no son abogados, estos subcontratan a los abogados eficaces y eficientes en las empresas globales llamadas Big Fours, es decir, se transitó del despacho, el bufete, o la firma a la consultoría, transformándose en una gestión de negocio; el propio Susskind define tres motores del cambio: a) el alto costo de los servicios de los abogados; b) la liberalización de la profesión; y c) la tecnología de la información; lo que significa que la reducción de los costos pasa por la estandarización, la sistematización y la externalización (serán servicios gratuitos online, servicio pago online y la información abierta al público).

El abogado en la era digital, se tendrá que adaptar o simplemente estará fuera del nuevo mercado jurídico; dentro de la metamorfosis que tendrá que realizar se encuentra una primera ruta dentro de su mapa de navegación, que es la vertiente de Legalteach; que es una diálogo colaborativo e innovador entre la ingeniería, las políticas públicas y el derecho; concepto que al igual que el de Inteligencia Artificial no es unívoco pero que son los desarrollos de software aplicados al derecho; inclusive en Reino Unido se usa más el concepto Lawtech.

Todo esto no significa que vaya a desaparecer la profesión de abogado, eso es una falacia, quizá la vertiente que se verá más disminuida será la figura del notario público, puesto que la tecnología sustituirá en mucho esa labor artesanal del abogado; sólo será una mutación tecnológica la que sufrirá esta profesión, como la de los médicos y los maestros; ya que los servicios en línea van a abaratar los costos y los tiempos, de allí que el cliente ya no asistirá físicamente a las oficinas de los abogados, de igual manera se acelerarán los trámites y la gestión; inclusive simplificarán y modificarán el contacto con los servicios legales.

Finalmente, la reacción de los abogados será de negación, fácilmente dirán que esto es ciencia ficción, que es el mundo de Isaac Asimov no entrará a la esfera jurídica; lo que no observan es que esta tecnología es disruptiva, y que todo lo va a cambiar el mercado; a lo que hay que agregar el problema que significará la pandemia para la profesión, tal y como se vivió con el cierre de los juzgados, los efectos del acceso a la justicia, cuyo resultado fue la necesidad de los juicios en línea, hecho que fue la primera llamada de atención para los abogados, y eso sólo será el inicio de lo que sucederá en los próximos años.

 

25 de abril de 2022

 

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